Rechazo a procedimientos
Estudiantes de la Mesa de Trabajo del Instituto de Filosofía:
Con mucha preocupación observo, como ciudadano, como Director del Instituto y como universitario, que miembros de la Mesa de Trabajo del Instituto ejerzan violencia tapando con medios físicos el acceso a los salones; lamento y cuestiono públicamente que en su comunicado utilicen el señalamiento y la persecusión a profesores por el hecho de hacer uso de su libertad para ejercer su derecho al trabajo. Contrariando la pluralidad que ustedes dicen defender coartan y ejercen ustedes violencia muy reprochable. Eso sin mencionar la pésima redacción y la mala ortografía que tiene su texto que no se compadece con las tradiciones de calidad y claridad expresiva dentro del Instituto.
He afirmado, en privado y en público, que necesitamos una universidad con gremios fortalecidos e inteligentes del momento histórico y lo que estamos observando por parte de los "conductores" de la Asamblea General y de las Asambleas por dependencias es, además de inefable torpeza política, una suerte de "matoneo" frente a las decisiones que no favorecen la parálisis que quieren imponer por la fuerza unos pocos con métodos no democráticos. Esa deliberada agresión a quienes quieren estudiar y trabajar es la expresión de una desconsiderada visión de la universidad en la sociedad actual y una incomprensión del papel que juega en el fortalecimiento de nuestra precaria democracia, necesitada de ciudadanos informados, libres y ejerciendo sus derecho al estudio y el trabajo.
Lamento, como lo hacen hoy muchos universitarios, que se llegara a una desmovilización de los estudiantes; la universidad vacía es el peor escenario para cualquier discusión intelectual y para la necesaria formación política de todos. Rechazo toda forma de violencia que se ejerza dentro del campus y mas sobre miembros del Instituto que durante mas de 20 años han dado muestras de coherencia como unidad académica, con claro sentido de su misión y ponderación ejemplar para opinar.
Sea el momento para desear y proteger la libre expresión de las ideas, el diálogo y la claridad expositiva y mucho mas deseable es la utilización de lenguajes ponderados y tonos reflexivos propios de la tradición filosófica y no los llamados incediarios, pueriles y retóricos que ningún profesor de filosofía y tampoco los estudiantes deberían usar para enardecer los ánimos cuando requerimos ánimo sereno y clarificación de objetivos comunes.
Es el momento para la unión, el estudio y las acciones coordinadas y poder mostrarle al país que puede tener confianza en sus jóvenes estudiantes y sus profesores universitarios que sabremos defender la adecuada finaciación de las universidades y del sistema educativo en general, como parte del derecho a la educación.
He afirmado, en privado y en público, que necesitamos una universidad con gremios fortalecidos e inteligentes del momento histórico y lo que estamos observando por parte de los "conductores" de la Asamblea General y de las Asambleas por dependencias es, además de inefable torpeza política, una suerte de "matoneo" frente a las decisiones que no favorecen la parálisis que quieren imponer por la fuerza unos pocos con métodos no democráticos. Esa deliberada agresión a quienes quieren estudiar y trabajar es la expresión de una desconsiderada visión de la universidad en la sociedad actual y una incomprensión del papel que juega en el fortalecimiento de nuestra precaria democracia, necesitada de ciudadanos informados, libres y ejerciendo sus derecho al estudio y el trabajo.
Lamento, como lo hacen hoy muchos universitarios, que se llegara a una desmovilización de los estudiantes; la universidad vacía es el peor escenario para cualquier discusión intelectual y para la necesaria formación política de todos. Rechazo toda forma de violencia que se ejerza dentro del campus y mas sobre miembros del Instituto que durante mas de 20 años han dado muestras de coherencia como unidad académica, con claro sentido de su misión y ponderación ejemplar para opinar.
Sea el momento para desear y proteger la libre expresión de las ideas, el diálogo y la claridad expositiva y mucho mas deseable es la utilización de lenguajes ponderados y tonos reflexivos propios de la tradición filosófica y no los llamados incediarios, pueriles y retóricos que ningún profesor de filosofía y tampoco los estudiantes deberían usar para enardecer los ánimos cuando requerimos ánimo sereno y clarificación de objetivos comunes.
Es el momento para la unión, el estudio y las acciones coordinadas y poder mostrarle al país que puede tener confianza en sus jóvenes estudiantes y sus profesores universitarios que sabremos defender la adecuada finaciación de las universidades y del sistema educativo en general, como parte del derecho a la educación.
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